Una acogida que enferma:

Salud y migración
en la Frontera Sur

Salud y
migración
en la
Frontera
Sur

«La salud naufraga en Canarias»

Nos preocupa la salud de las personas, sobre todo la de las más vulnerables. Frontera S (Sur+Salud) es un proyecto de investigación y denuncia que analiza la salud de las personas migrantes que llegan a nuestra frontera sur.
¿Qué hemos comprobado? Que la acogida en España enferma. Las condiciones higiénicas, la deficiente alimentación, el hacinamiento, la falta de información y un largo etcétera generan sufrimiento y deriva con un diagnóstico grave: estamos enfermando a personas, física y psicológicamente.

Las condiciones de acogida enferman

Crisis de ansiedad, insomnio, dolores de cabeza y de espalda, estreñimiento, diarreas, vómitos, brotes de sarna, hongos, sabañones… Este apabullante diagnóstico está causado por las condiciones en las que los migrantes viven en los recursos de acogida habilitados por la Administración: grandes macrocentros que no están pensados en absoluto la integración y el cuidado de las personas.

La mayoría de los espacios habilitados para responder a esta emergencia son insalubres: no tienen una higiene adecuada, ofrecen una mala alimentación y persisten en un hacinamiento que imposibilita el cumplimiento de las medidas de seguridad en plena pandemia de covid-19.

Tales son las condiciones de acogida que cientos de personas migrantes han preferido abandonar los centros y vivir en la calle. No encuentran diferencia entre malvivir en la calle y vivir bajo esas condiciones en los centros habilitados.

Una salud mental maltratada

Autolesiones, crisis de ansiedad y en algunos casos sobreuso de psicotrópicos. Médicos del Mundo alerta del crítico estado de la salud mental de las personas migrantes llegadas por nuestra frontera sur. Ellas cargan con el sufrimiento generado por la dura decisión de migrar, un viaje extremadamente peligroso –la canaria es la ruta mediterránea más mortal para alcanzar Europa- y una recepción ya en nuestro país que les hacen enfermar. Los grandes macrocentros tampoco cuentan con actividades de esparcimiento, ocio e integración, así que quienes han conseguido llegar después de mil penurias rumian sus pensamientos día y noche. La imposibilidad de continuar su proyecto migratorio les genera sensaciones de frustración, desasosiego y fracaso.

Su objetivo es siempre enviar dinero a su familia de origen, pero al final, para poder sobrevivir en España, muchas personas migrantes terminan dependiendo precisamente de los familiares a quienes pretendían ayudar. La falta de expectativas, de información sobre su destino y de apoyo psicológico conviven con el miedo a ser repatriadas y tener que afrontar un nuevo revés. El deterioro generalizado que hemos podido observar en la salud mental de la población migrante en Canarias y Melilla, dos patas de la Frontera Sur, resulta francamente alarmante.

La atención sanitaria es insuficiente

Enfermamos a personas y después no las curamos. La atención sanitaria en los centros de acogida es insuficiente. La escasez de recursos humanos genera esperas de semanas, incluso meses. ¿Dos médicas para cientos y cientos de personas, dos horas de atención semanales? Esa es la tónica. Además, la escasez de intérpretes, que impide a las personas migrantes comunicarse debidamente con las y los profesionales sanitarios, así como la falta de acceso a sus historiales de salud en una lengua que les resulte comprensible, sume a estas personas en un agujero negro sanitario.

Estos condicionantes impiden prestar una atención sanitaria de calidad, como reconocen profesionales sanitarios entrevistados por Médicos del Mundo, quienes a pesar de su esfuerzo se ven muchas veces sobrepasados por las circunstancias. El derecho a la protección de la salud de las personas migrantes en la frontera sur de España ha sido y es vulnerado de forma grave, sistemática y evitable.

Canarias, la salud naufraga

Canarias es ya la ruta migratoria más mortífera. El cierre de fronteras terrestres por la covid-19 la ha convertido en la más frecuente, pero es también la más peligrosa. Cientos de personas perecen en el mar, pero ¿y las que llegan? Según una investigación de Médicos del Mundo, las que llegan enferman por las condiciones de acogida que les ofrecemos.

Una respuesta improvisada en una crisis humanitaria previsible ha dado lugar al Plan Canarias, una suerte de sistema acogida en grandes macrocentros que vulnera sistemáticamente el derecho a la protección de la salud de las personas migrantes. Las condiciones higiénicas, la deficiente alimentación, el hacinamiento, la falta de información y la insuficiente atención sanitaria generan sufrimiento y derivan en un diagnóstico grave: estamos enfermando a personas, física y psicológicamente.

Melilla, una crisis estructural

Una investigación de Médicos del Mundo en la ciudad autónoma alerta de que las condiciones de acogida dadas a las personas migrantes, especialmente durante la pandemia, han afectado gravemente a su salud: la mala higiene, el inadecuado alimento y el mal descanso, así como la ausencia de distancia de seguridad en plena pandemia, han puesto en riesgo sus vidas.

La ciudad no cuenta con unas instalaciones adecuadas para acoger e impera la sobreocupación de los centros. A esto se suma la saturación crónica de los servicios sanitarios melillenses, que dificulta notablemente la derivación a atención especializada y a una atención de calidad, vulnerando el derecho a la salud de las personas.

Consulta el informe completo

Descarga el informe Frontera S para conocer todos los detalles de cómo el sistema de acogida en Europa está afectando a la salud de los migrantes.